Nada pasa por esta aventura sin tener algo que dejar en nuestros cuerpos. La etapa de ayer dejó muchos “regalitos” para los corredores. El viento, los infinitos kilómetros por arena y el proceso de adaptación a esta competición hoy han dejado un reguero de víctimas. La etapa de ayer hizo meya en cabezas y cuerpos de todos los corredores. Entre los españoles, ya hay dos gastroenteritis. Tal vez por deshidratación, por no haber entrenado las comidas especiales de estos días (liofilizadas, geles, proteínas a toneladas…), nunca se sabe, cuando te toca, te toca. El caso es que esa gente debe salir a correr pase lo que pase, cueste lo que cueste, han venido a terminar una Maratón de Sables. Un caso que nos toca muy de cerca es nuestro compañero Ángel, una bestia humana. Un tipo realmente fuerte, lo podéis comprobar en las fotos. Sin embargo, hoy ha pinchado. Hoy ha estado vomitando (por arriba y por abajo) toda la santa etapa. De hecho, es uno de los fuertes en el grupo español y en el CP1 (check point 1) lo han encontrado a punto de abandonar nuestros superhéroes. Los que conocen a Ruymán y Kike, sobretodo “al míster”, saben que lo han cogido de la camiseta (con sus 1,90 – 2 metros de altura) y le han obligado a seguirles toda la etapa. No es para menos, aquí se viene a sufrir. Nuestro equipo ya sufrió en la Transalpine y la terminamos. No podemos dejar que nadie deje la carrera sin pelear. El esfuerzo ha merecido la pena, ¡¡¡lo tenemos en la caseta descansando y en la competición!!! ¡Vamooooosss!

Este es solo uno de los muchos ejemplos de compañerismo que se vive en una carrera de convivencia. Para nosotros, que hemos hecho otras muchas carreras, esta es especial. Vives con los mismos 8 todo el día. Son momentos de sufrimiento, de necesidad de ayuda y de momentos de bajón emocional. Es un placer compartir estos momentos con gente que le gusta lo mismo que a ti, que te comprende y que no hace falta más explicación que un “bufff” o un “hasta los cojones ya…”. Los que están a tu lado saben lo que sientes y tratan por todos los medios de que superes eso.

Dejando atrás las ñoñerías, la etapa de hoy ha sido alucinante. Dura, muy dura, pero sin tanta arena. Hemos podido correr un poquito más. Cómo ya advertimos esta mañana, hemos echado de menos al viento… El calor era insoportable, hoy ha apretado bastante. Mucha llanura aburrida, mucho polvo y el sol pegando sin compasión.

Sin duda, la nota discordante de la jornada ha sido la mochila. Llevar comida para los 7 días, también tiene un precio en el desierto. Se nota muchísimo el peso. Los hombros ya duelen bastante y entre el sudor, la arena y la presión, se hace imposible mantener esos kilos sin que la espalda y los hombros se resientan. No se trata de quejarse por una cosa o por otra, la verdad es que estamos bastante contentos y hemos pasado todos y cada uno de los controles sonriendo y con muy buenas sensaciones. Sin embargo, el llevar este peso nos está pasando factura, eso es así. Podemos decir que somos afortunados, muchos han abandonado hoy de manera masiva. Las ampollas con el calor y la arena han hecho su aparición para algunos corredores. La enfermería estaba más llena de la cuenta hoy. No solo por las ampollas sino también por los problemas estomacales, por dolores de cabeza intensos o por lesiones musculares.

Por suerte, la mayoría de españoles siguen en carrera salvo algún abandono. Estamos fuertes y hemos hecho piña con todo hispanohablante que se cruza por nuestro camino. México y Guatemala reparten buen rollo por allá por donde pasan. Este apartado es un pequeño homenaje a españoles e hispanohablantes de la carrera.

Mañana nos espera una etapa algo más calmada, al menos, será más de lo mismo. Estamos con una moral muy elevada. Con muchas ganas de empezar y poder apretar un poquito más. Seguimos con nuestra estrategia conservadora pero tal vez mañana aceleremos la máquina un nivel más. Lo vamos viendo, cuestión de sensaciones. Gracias a todos por seguirnos. Recuerden mandarnos mails por la página oficial.

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